LOS EVITA Y LOS HACE

El sábado 22 de noviembre del 2008 no será un día más en la vida de Leonardo Adrián Aguirre. El arquero fue a buscar la última jugada al área contraria y se encontró con la situación menos pensada: de frente al arco, con la pelota cerca de su botín izquierdo y sin la oposición de su colega Coloca, quien salio pésimo a cortar el centro. El resultado: el gol del empate ante Español.

Lejos de agrandarse, el arquero se refiere a su primera alegría: “No lo puedo creer. La verdad es que estoy muy contento por mi gol. Quiero dedicárselo a mis dos hijos Ramiro y Lautaro. Esto es para ellos".

El uno explica su gol: “Fui a cargar en el área rival, para chocar. Soy muy alto y tenía que estar ahí, para sumar uno más en el ataque. Y bueno, Avalos la bajó muy bien, me quedó para meterla. Muchos goles son de fortuna y esta vez se me dio a mí”.

Más allá de la alegría por el empate, es autocrítico con el flojo nivel del equipo: “Para mi el equipo se muestra bien de mitad de cancha hacia delante. Si veo, que atrás damos muchas ventajas defensivas. Los delanteros rivales quedan mano a mano con los dos centrales y es un lujo que no nos podemos permitir”.

También se refiere al partido: "Español nos presionó bien, nos robaron la pelota y tuvieron un par de situaciones claras de gol. Realmente se nos complicó con un jugador menos y un gol en contra, pero muy contentos porque lo revertimos y nos llevamos un punto".

“A la gente, palabras de agradecimiento. Ellos se portan muy bien conmigo y uno desde el arco, a través de las buenas actuaciones, trata de retribuirle todo el afecto brindado”, cierra emocionado Leo, quien a los 37 años, se dio el lujo de festejar en el otro arco por primera vez.