Este domingo, como hace tiempo no sucedía en el Alfredo Ramos, la gente ávida de ser espectadora del debut de Comunicaciones en su reducto (tras un párate de tres meses) y con el condimento especial
de la transmisión televisa, fue en gran número.
800 personas cantaron por el equipo, en contra del Órgano Fiduciario y porque el club no se le venda a nadie. Seguramente, a más de un hincha de algunos equipos de la B y la C, le dio envidia, ver semejante fiesta en la tribuna popular.
Como es de público conocimiento, 30 simpatizantes no pudieron ingresar al estadio por el derecho de admisión. Eduardo Fenocchietto dispuso esta aberrante medida, tras él recibir amenazas de muerte (algo que nunca fue comprobado por la Justicia), buscando que se generen inconvenientes entre este grupo de personas y la Policia (la cual derive en una sanción del SUBSEF, en perjuicio de la Sub-Comisión de Fútbol), algo que nunca sucedió, ya que, pacíficamente, estos se fueron a una casa lindera a las vías del ferrocarril, a observar las acciones entre Comunicaciones y Nueva Chicago.
Claramente una jugada sucia del abogado, la cual se prometió desde la Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, dejarla sin efecto, a través de un amparo judicial. Estos dos encuentros consecutivos de visitante, ayudarán al propósito.
En señal de disconformismo, la mayoría de las banderas colgadas en
el alambrado (a excepción de las que hacían mención a la situación institucional) fueron colocadas al revés.
Ninguna medida arbitraria podrá callar las voces de aquellos que queremos a un club administrado seriamente por sus socios.